El Valor del Trabajo: Reflexiones
El trabajo concebido como un vínculo social, valor social moralmente aceptado y difundido por la sociedad, medio de realización personal, familiar y profesional es un constructor de identidad, y en nuestro imaginario; es el medio que disponemos para acceder a los bienes y servicios de la sociedad.
El trabajo es un valor que debemos cultivar con el desarrollo de nuestras competencias. El trabajo asocia el bienestar social sostenible con las consecuencias del mismo en términos de las compensaciones y las rentas que se generan por su realización, en cualquiera de sus categorías.
El trabajo, intelectual o manual, formal o informal, por cuenta propia o ajena, en condición de patrono o trabajador constituye un hecho social histórico que ha permitido la acumulación de riqueza, el bienestar social sostenible, guiado por principios de responsabilidad social, trabajos dignos y protegidos.
Es un derecho humano que construye ciudadanía sustentada en deberes y en un sistema de derechos socialmente protegidos, donde el empleo tiene que ser digno, con retribuciones vitales y en crecimiento justo, legalidad y legitimidad en su ejercicio, seguridad social integral, salud laboral, donde se propugna condiciones de trabajo estables. Ello es posible con diálogo socio-laboral. Todo lo anterior, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), le denomina trabajo decente.
Una parte importante del valor del trabajo
Una parte importante del valor del trabajo que socialmente se realiza en nuestra sociedad, está intermediada por procesos de articulación de los factores productivos que compensan las acciones de la sociedad a través de la renta, el salario o los beneficios derivados de la inversión, cuyos ingresos le permiten acceder al mercado de bienes y servicios.
La distribución de las compensaciones es un aspecto vital para nuestra sociedad, y una forma interesante de observar el estado de bienestar de la misma, y a su vez; una manera concreta de ponderar su desarrollo en el tiempo.
Cambios importantes en el valor del trabajo
Hoy, observamos cambios importantes en la cuestión laboral en virtud de la revolución científico tecnológica, la evolución de los sistemas productivos, el desvanecimiento de lo nacional y la globalización. Esta metamorfosis de lo productivo ha descolocado las formas clásicas del trabajo en la sociedad moderna expresadas a través del salario, en acciones de trabajo distintas.
El valor del trabajo de hoy
El valor del trabajo de hoy es distinto, y aun cuando no podemos hablar del fin del trabajo asalariado clásico, la sociedad laboral marcha hacia formas distintas de articulación, donde se estructuran realidades económica distintas, sociedad de productores, hoy aceleradamente expresadas a través de emprendimientos o formas de trabajo intermediadas por plataformas digitales.
Hoy podemos hablar de una sociedad del trabajo, con y para el trabajo. Nos hacemos ciudadanos laborales universales.
En este contexto, se trata de valorar el contenido ético y moral del trabajo como el medio a través del cual nos realizamos como personas para hacernos útiles a la sociedad y contribuyendo con acciones colaborativas el estado de bienestar de la sociedad.
A lo largo de la historia el trabajo ha tenido muchas connotaciones y hoy aceptamos universalmente el trabajo como una construcción social que permite el desarrollo de la sociedad, facilita los medios a través de los cuales podemos satisfacer nuestras necesidades; y lo más importante, permite la realización personal con responsabilidad, lealtad y fidelidad, a una sociedad que valora y reconoce en el trabajo, el medio de realización personal familiar y social.
Ahora bien, el trabajo, como complejidad social, es variado y heterogéneo; su valoración tiene componentes culturales; asocia su composición remunerativa al estado de progreso y bienestar de la sociedad.
Además, su cuantía está relacionada con el desarrollo y crecimiento económico, así como con la institucionalidad de lo laboral, el sistema de relaciones laborales, su protección social y la formulación de políticas públicas que fijan criterios para valorar el tiempo de trabajo o salarios mínimos vitales de subsistencia.
En términos generales el valor del trabajo es desigual y combinado, está segmentado por categorías ocupacionales, edad, género, educación, tiempo de trabajo, actividad económica o rama de actividad.
La sociedad moderna le asigna al trabajo un valor y por esta vía nos preguntamos, ¿qué elementos se consideran en la sociedad para valorar, cuantificar y asignar compensaciones a la actividad que la sociedad desarrolla para satisfacer sus necesidades?, ¿cuál es el valor que la sociedad le asigna al trabajo?, ¿cuáles factores intervienen en la fijación de los salarios y las compensaciones al trabajo en la sociedad?
La respuesta a esta pregunta es compleja porque está relacionada con factores políticos culturales que reconocen en el trabajo un valor sustancial en la construcción de la ciudadanía.
Podemos decir que la cuantía de las remuneraciones están determinadas por el reconocimiento social al trabajo, la construcción de marcos regulatorios acordados socialmente para fijar las condiciones mínimas de un salario de subsistencia (salario mínimo) y facilitando, en el sistema de relaciones laborales, mecanismos para la negociación y los acuerdos laborales derivados del diálogo socio laboral entre trabajadores y patronos, bajo la vigilancia permanente del Estado, sin olvidar, la naturaleza dual y segmentada del mercado de trabajo.
Al observar los procesos sociales relacionados, la cuestión laboral la pudiésemos analizar a partir de cinco aspectos generales que orienten y faciliten la discusión. Son ellas:
- 1. El valor social sostenible del trabajo por parte de la sociedad. Ello implica reconocimiento del trabajo como un hecho social, constructor de riqueza, su protección colectiva, los arreglos constitucionales, el valor estratégico en una dinámica social donde se reconoce el trabajo como un espacio moralmente necesario para el equilibrio y el desarrollo social sostenible.
- 2. La división social del trabajo signada por la distribución de roles que de una manera orgánica permite y desarrolla la cooperación y los mecanismos de interacción social, fijando reglas, vínculos sociales de legalidad y legitimidad en el sistema de autoridad y estatus social.
- 3. La estructura del mercado de trabajo que permite caracterizar su composición, en términos de oferta y demanda, su distribución espacial, etaria y de género, la articulación de la fuerza de trabajo en acciones públicas o privadas de carácter formal o informal, rama de actividad, tiempo de trabajo, educación, entre otros aspectos; y permite, valora la población económicamente activa en condición de ocupados, desocupados y la movilidad de la fuerza de trabajo.
- 4. La composición orgánica del trabajo en términos de organización del trabajo al interior de las organizaciones donde se valora responsabilidad, jerarquía, formación, condiciones de trabajo y riesgo. En este aspecto institucional se valoran el proceso de trabajo, así como su composición ocupacional.
- Las organizaciones en su estructura y funcionamiento asignan valor a las compensaciones, apelando a técnica administrativas de asignaciones salariales a través de políticas distributivas, donde se toma en cuenta la complejidad de las funciones a través de un conjunto de factores, contenida en sus descripciones y diseños de cargo.
- 5. Por último, el perfil profesional de las personas, hoy denominadas capital individual, estructuradas alrededor de las competencias cognitivas, aptitudes y acciones éticas que se valoran en el mercado de trabajo.
El valor del trabajo
está relacionado con la construcción social y cultural que se le asigna al trabajo, el rol que él desempeña en la división social, su valor en el mercado de trabajo, el contenido estructural y funcional de las organizaciones y el valor asignado y reconocido al capital humano.
La valoración es desigual en tanto el mercado laboral discrimina la estructura ocupacional creando brechas remunerativas por roles, jerarquía y responsabilidades.
La revalorización del trabajo, bajo acciones de emprendimientos y asociados a modalidades emergentes de inserción laboral, permite suponer una revalorización de sus efectos distributivos.
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Referencias:
- Delgado de Smith, Y. (2001). El trabajo. Pasado y presente de Smith – Revista Faces, pp: 89-98 https://www.researchgate.net/profile/Yamile-Delgado-De-Smith/publication/241181244_el_trabajo_pasado_y_presente/links/55f4b7f308ae63926cf2702e/el-trabajo-pasado-y-presente.pdf
- Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencia 2021 en
https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/—publ/documents/publication/wcms_825200.pdf - Informe Mundial sobre Salarios 2020-2021 OIT en https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/—publ/documents/publication/wcms_762317.pdf.
- Neffa, Julio Cesar. El trabajo humano, como dimensión de la actividad física en
https://www.researchgate.net/publication/321597666_El_trabajo_humano_como_dimension_de_la_actividad_fisica. - El futuro del trabajo que queremos: un diálogo global OIT en
https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—cabinet/documents/publication/wcms_570288.pdf
Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (OIT/Cinterfor). En https://www.oitcinterfor.org/