¿Qué es ser cristiano en EEUU hoy? Entre la fe y la paradoja
Ser cristiano va mucho más allá de asistir a una iglesia o identificarse con una religión. Según la Biblia, seguir a Cristo significa vivir según sus enseñanzas: amar a Dios y al prójimo, practicar la compasión, perdonar, ayudar a los necesitados y actuar con humildad. Jesús no solo predicó con palabras, sino con acciones: abrazó a los marginados, alimentó a los hambrientos y defendió a los oprimidos.
Pero en la sociedad actual, especialmente en Estados Unidos, ¿qué significa realmente ser cristiano? ¿Se trata de un compromiso con los valores del Evangelio o de una identidad cultural? Muchos se identifican como cristianos, pero ¿sus creencias reflejan las enseñanzas de Jesús? En este artículo exploraremos ¿Qué es ser cristiano según la biblia?, y cómo se ha moldeado el cristianismo moderno en el país hoy.
¿Qué es ser cristiano según la biblia?

Jesús de Nazaret: El líder humilde y el refugio de los oprimidos
Para entender qué significa ser cristiano, primero debemos mirar a la figura central de la fe: Jesús de Nazaret. No nació en la riqueza ni en el poder, sino en la humildad de un establo en Belén. Sus padres, María y José, fueron forzados a huir a Egipto cuando él era solo un niño para escapar de la persecución del rey Herodes, convirtiéndose en inmigrantes que buscaban seguridad en una tierra extranjera (Mateo 2:13-15).
Desde su infancia, Jesús conoció el sufrimiento, la incertidumbre y la marginación. Sin embargo, su vida no se definió por el resentimiento ni por el deseo de poder, sino por el amor, la compasión y la justicia. En su ministerio, dedicó su tiempo a sanar enfermos, alimentar a los hambrientos y consolar a los afligidos. “Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer” (Marcos 8:2), dijo, reflejando su preocupación por las necesidades humanas más básicas.
Jesús no solo hablaba de amor, sino que lo demostraba con acciones. En Mateo 25:35-40, enseñó que servir a los necesitados es lo mismo que servir a Dios:
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.”
“Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. “
Su compasión se extendía incluso a quienes la sociedad despreciaba. En Mateo 9:36, se nos dice que “al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”. No discriminó entre ricos y pobres, entre justos y pecadores; su mensaje era claro: el amor debe trascender barreras.
Pero Jesús no solo era misericordioso; también tenía un fuerte sentido de justicia. Denunció a los hipócritas religiosos, expulsó a los mercaderes del templo y desafió a los poderosos que explotaban a los más débiles. (Marcos 11:15-18). Su honestidad y celo por la verdad lo llevaron a la cruz, pero su sacrificio demostró que el verdadero poder no radica en la violencia o en el dominio, sino en el amor incondicional y el servicio a los demás.
Entonces, si Jesús vivió de esta manera, ¿cómo se refleja su ejemplo en el cristianismo moderno?
¿Qué significa seguir a Cristo? Vivir según sus enseñanzas
Ser cristiano no es solo una identidad, sino un compromiso diario con las enseñanzas de Jesús. Seguir a Cristo significa reflejar su carácter en nuestras acciones, nuestras palabras y nuestra manera de tratar a los demás. Pero, ¿cómo podemos vivir realmente según sus enseñanzas?
- Amar al prójimo como a uno mismo
Jesús dejó claro que el amor es el mayor mandamiento. En Mateo 22:37-39 dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
Seguir a Cristo significa ver a cada persona como alguien digno de amor, sin importar su origen, creencias o situación. Esto se traduce en actos concretos: ayudar a quien lo necesita, tratar a los demás con respeto y buscar la paz en lugar del conflicto.
- Practicar la compasión y la misericordia
Jesús se acercaba a los enfermos, los marginados y los pobres. No juzgaba a las personas por su condición, sino que las amaba y les ofrecía sanidad y esperanza. En Mateo 9:36, dice que Jesús “tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.”
Seguir a Cristo significa actuar con esa misma compasión. Implica preocuparnos por quienes sufren, alimentar al hambriento, cuidar al enfermo y acompañar a quienes están solos. No basta con creer en Jesús; debemos vivir como Él vivió.
- Ser honestos y justos
Jesús nunca buscó el poder ni la fama. En cambio, desafió la corrupción y la hipocresía, especialmente entre los líderes religiosos de su tiempo. Su vida fue un testimonio de integridad.
Seguir sus enseñanzas significa actuar con honestidad en todo momento, aunque nadie nos esté mirando. También significa defender la justicia y alzar la voz contra la opresión y la desigualdad. Un cristiano no puede ignorar la injusticia ni quedarse en silencio ante el sufrimiento ajeno.
- Servir en lugar de buscar poder
Jesús dijo en Marcos 10:45: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.”
El verdadero liderazgo cristiano no busca dominar ni imponer, sino servir. Vivir según las enseñanzas de Cristo implica poner a los demás primero, practicar la humildad y usar nuestras bendiciones para el bien de los demás.
- Perdonar y buscar la paz
Cuando Jesús fue crucificado, en lugar de responder con odio, dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Su mensaje es claro: el perdón es una parte fundamental de la vida cristiana.
Seguir a Cristo significa elegir el perdón sobre la venganza, la reconciliación sobre la división y la paz sobre el conflicto.
Jesús y los fariseos: La advertencia contra la hipocresía religiosa
Uno de los grupos que Jesús criticó con más fuerza durante su ministerio fueron los fariseos, líderes religiosos que eran conocidos por su estricto cumplimiento de la ley de Moisés. A simple vista, parecían piadosos, dedicados a seguir cada detalle de la ley, pero Jesús los confrontó con dureza, llamándolos hipócritas y denunciando su falta de verdadero amor y justicia.
Los fariseos estaban obsesionados con las reglas, pero no con el propósito detrás de ellas. Se preocupaban más por las apariencias y por imponer cargas pesadas sobre los demás que por mostrar compasión y misericordia. En Mateo 23:27-28, Jesús los denunció diciendo:
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.”
Jesús no criticaba la ley en sí, sino el uso distorsionado que los fariseos hacían de ella. Mientras ellos enfocaban su fe en reglas y rituales externos, Jesús enseñó que el verdadero propósito de la ley era el amor: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:37-40).
- La enseñanza de Jesús: La ley sin amor es vacía
Jesús enseñó que la fe no se trata solo de cumplir normas, sino de transformar el corazón. En Marcos 2:27 dijo: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.” Con esto, dejó claro que las leyes deben servir al bienestar humano, no convertirse en una herramienta para oprimir o condenar.
Los fariseos estaban más preocupados por acusar a otros de romper la ley que por ayudar a los necesitados. Por eso, Jesús sanó en el día de reposo, comió con pecadores y acogió a los marginados, mostrando que la verdadera fidelidad a Dios se demuestra a través de la compasión y la justicia.
- La advertencia para los cristianos de hoy
La actitud de los fariseos no quedó en el pasado. Hoy en día, hay cristianos que, al igual que los fariseos, se enfocan más en condenar a los demás que en mostrar el amor de Cristo. Se aferran a reglas y tradiciones, pero ignoran la misericordia, la humildad y la justicia.
Jesús nos dejó un mensaje claro: la fe sin amor es estéril. No basta con cumplir rituales religiosos si nuestro corazón está lleno de orgullo, juicio y falta de compasión. Como cristianos, debemos preguntarnos: ¿Estamos siguiendo a Cristo con un corazón sincero, o nos hemos convertido en modernos fariseos que usan la religión para imponer y excluir en lugar de amar y servir?
¿Qué es ser cristianos? ¿Estamos viviendo según sus enseñanzas?
Jesús no llamó a sus seguidores a buscar poder ni a dividirse por ideologías, sino a amar, servir y ser luz en el mundo. Sin embargo, hoy en día, muchos cristianos en Estados Unidos han adoptado posturas que parecen alejarse de este mensaje. ¿Estamos verdaderamente siguiendo a Cristo o simplemente usando su nombre para justificar otras agendas?
La paradoja del cristianismo en Estados Unidos: ¿Seguimos a Cristo o a una ideología?
En un mundo donde la fe se mezcla con la política y las ideologías, el cristianismo en Estados Unidos enfrenta una paradoja: mientras los principios bíblicos hablan de amor y servicio, algunos sectores parecen alinearse más con el poder, la división y el rechazo al diferente. ¿Cómo llegamos a este punto? ¿Estamos siguiendo a Cristo o a una visión distorsionada de su mensaje?
Exploraremos esta contradicción y cómo ha moldeado el cristianismo moderno en el país.
¿Qué es una Paradoja? Una paradoja es una contradicción en la que dos ideas opuestas parecen coexistir.
En el cristianismo estadounidense, esta contradicción es evidente: mientras Jesús predicó el amor, la compasión y el cuidado por los más vulnerables, muchos cristianos hoy apoyan políticas y discursos que parecen ir en contra de esos principios.
- Rechazo al extranjero y al refugiado
Jesús, en su infancia, fue un refugiado que huyó con su familia a Egipto para escapar de la violencia de Herodes (Mateo 2:13-15). Más tarde, enseñó a acoger a los forasteros: “Fui forastero, y me recogisteis” (Mateo 25:35). Sin embargo, en Estados Unidos, muchos cristianos han respaldado políticas de deportación masiva, la construcción de muros fronterizos y el rechazo a refugiados de guerra, incluso a aquellos que huyen de la persecución y la pobreza extrema.
A pesar de que la Biblia llama a tratar a los extranjeros con dignidad (“No oprimirás al extranjero; porque vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto” – Éxodo 23:9), vemos que sectores cristianos defienden leyes que criminalizan a inmigrantes y refugiados, negándoles oportunidades de una vida digna.
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2. Apoyo a líderes autoritarios y corruptos
Jesús nunca buscó el poder político ni promovió la opresión. Sin embargo, en la actualidad, muchos cristianos han mostrado simpatía hacia líderes autoritarios como Vladimir Putin, un dictador que ha perseguido a sus opositores, promovido guerras injustas y reprimido la libertad de prensa. Algunos sectores cristianos en Estados Unidos han justificado su apoyo a estos regímenes bajo la excusa de que defienden valores “tradicionales”, ignorando las violaciones a los derechos humanos que cometen.
Esto plantea una contradicción: ¿Cómo puede alguien que dice seguir a Cristo apoyar a líderes que gobiernan con violencia, opresión y corrupción? Jesús mismo denunció a los hipócritas y a los líderes corruptos de su tiempo (Mateo 23:27-28), pero hoy vemos a muchos cristianos justificando la injusticia cuando les conviene.
3. Rechazo y odio hacia la comunidad LGBT
Jesús no excluyó a nadie. Se acercó a los marginados, habló con aquellos que la sociedad despreciaba y ofreció amor incondicional. Sin embargo, en muchos círculos cristianos de Estados Unidos, la comunidad LGBT ha sido objeto de odio y discriminación. Desde la negación de derechos básicos hasta la criminalización de su existencia en algunos estados, el rechazo va en contra del llamado de Jesús a amar al prójimo.
El Evangelio enseña que el juicio le corresponde solo a Dios (“No juzguéis, para que no seáis juzgados” – Mateo 7:1), pero muchos han usado la religión como arma para justificar la discriminación. ¿Acaso Jesús expulsó a los pecadores o los invitó a conocer el amor de Dios?
4. Recortes a la ayuda a los más necesitados
Jesús dedicó su vida a los pobres, los enfermos y los más vulnerables. Sin embargo, en Estados Unidos, muchos cristianos han apoyado políticas que recortan fondos para programas esenciales como Medicaid, asistencia alimentaria y subsidios para educación.
En los últimos meses, hemos visto decisiones que afectan directamente a los más necesitados:
- Reducción de Medicaid y acceso a la salud, dejando a millones sin tratamiento médico.
- Recorte de fondos para las escuelas, estudiantes con disabilidades y veteranos, afectando a quienes han servido al país y a jóvenes que buscan una mejor educación.
- Eliminación de programas de asistencia internacional (USAID), negando ayuda a comunidades en extrema pobreza alrededor del mundo.
- Despidos masivos de trabajadores federales sin compasión, dejando a miles de familias sin sustento de un día para otro.
Esto es una contradicción directa con lo que enseñó Jesús: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber” (Mateo 25:35). ¿Cómo puede alguien decir que sigue a Cristo mientras apoya decisiones que perjudican a los más débiles?
¿Cristianos de nombre o seguidores de Cristo?
El cristianismo no debería ser una simple etiqueta ni una identidad cultural. Seguir a Cristo significa vivir como Él vivió: con amor, justicia y misericordia. Si nuestras acciones contradicen sus enseñanzas, ¿podemos realmente llamarnos cristianos?
Es momento de reflexionar: ¿Estamos siguiendo a Jesús o simplemente usando su nombre para justificar nuestras propias creencias e intereses?
Conclusión: Volver a Jesús y a su verdadero mensaje
Ser cristiano no es solo un título ni una afiliación religiosa. No se trata de asistir a una iglesia los domingos o de identificarse con una ideología política. Ser cristiano es seguir a Cristo, vivir como Él vivió, amar como Él amó y defender la justicia como Él la defendió.
Jesús no rechazó extranjeros ni refugiados. No despreció a los pobres ni ignoró a los enfermos. No buscó poder ni privilegios, sino que se humilló a sí mismo para servir a los demás. Si decimos que somos cristianos, pero nuestras acciones reflejan más odio que amor, más egoísmo que generosidad, más juicio que compasión, ¿estamos realmente siguiendo a Jesús?
Hoy, en un mundo dividido, donde la religión a menudo se usa como una herramienta de poder en lugar de un llamado al amor, es más importante que nunca reflexionar sobre lo que significa ser cristiano. No basta con citar versículos o decir que creemos en Dios. La verdadera fe se demuestra en cómo tratamos a los demás: a los inmigrantes, a los pobres, a los enfermos, a quienes piensan diferente a nosotros.
Es momento de hacernos una pregunta sincera: ¿Queremos ser cristianos de nombre o verdaderos seguidores de Cristo? Si realmente amamos a Jesús, debemos vivir como Él nos enseñó. Debemos cuidar a los vulnerables, ser justos en nuestras acciones, practicar la compasión y construir puentes en lugar de muros.
El cristianismo no es una ideología. Es un camino de amor, sacrificio y servicio. Y cada día tenemos la oportunidad de elegir si queremos caminar por él o seguir justificando nuestras propias agendas con el nombre de Dios.
Que cada uno examine su corazón y decida: ¿Estamos verdaderamente reflejando a Cristo en el mundo? Porque al final, no seremos juzgados por cuántos versículos memorizamos o cuántos sermones escuchamos, sino por cómo vivimos su mensaje en nuestras vidas.
Esperamos este articulo te sea de bendicion, compartelo con tu familia, amigos e iglesia!
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